12 junio 2006

Como calienta el sol...




Ahora que se llenan las playas de gente, es el momento de comentar ciertos aspectos que a mi entender, han ido devaluando el hecho de pasar nuestro tiempo de ocio en ese maravilloso lugar.
La playa se ha llenado de estereotipos. El chico musculoso, la chica delgada y ambos con un bronceado de rayos uva que mantienen desde el mes de abril. Mucha gente luciendo palmito. Poca gente disfrutando de verdad.
Esto ha provocado que exista una cierta reticencia de la gente normal y corriente, gente de la calle, a ir tranquilamente a pasar un día de ocio en la arena en ciertas playas...
En las playas de moda ya casi no se ven sombrillas, ni butacas, ni fiambreras con tortilla de patatas, ni neveras cargadas de cerveza fría y refrescos, ni sandías semienterradas en la orilla refrescando y esperando la hora del almuerzo, ni recámaras de neumáticos hinchadas en el agua...
Como echo de menos las familias numerosas, con los niños correteando y enterrando en arena a los sufridos vecinos de espacio, las madres gritando a sus vástagos que salgan del agua que se van a arrugar, y que vengan a su vera a merendar su bocadillo de salchichón que engullen en tres bocados, con su trago correspondiente de zumo, para volver en dos saltos, enterrando de nuevo a los vecinos en arena, al agua.
Esas sufridas madres que vuelven a llamar a su camada con la crema solar en la mano y que a duras penas logran sujetar con una mano al retoño y con la otra lo untan de blanco, siempre sin soltarlo porque a la mínima se escapa al agua otra vez...
Ahora sólo cuerpos moldeados, depilados... paseando y luciéndose cual pavos reales..
La nostalgia me invade, me muero de pena.

Menos mal que todo es un mal sueño, por suerte, este año la playa sigue igual que siempre...