26 diciembre 2006

Carta a sus Majestades

Queridos Reyes Magos,

Este año creo que me he portado muy bien con todo el mundo. No he gorroneado mucho a mis padres, he tratado bien a todos mis compañeros de trabajo, menos a uno, pero éste es muy malo, y seguro que a él no le traéis nada. Tampoco me he escaqueado mucho en el curro y he intentado hacer las tareas domésticas siempre que he tenido gana, al menos una vez al mes.

Y lo mejor de todo es lo bien que me he portado con vosotros. Os defiendo a capa y espada y no creáis que me lo ponen fácil. Hay un barrigón de barba blanca y con un pijama rojo ridículo que os quiere quitar el puesto. Para mí que este tío trabaja con ilegales porque pretende hacer vuestra labor él solo con un trineo pequeñísimo tirado por cabras monteses de cuernos raros. Y mira que vosotros que sois tres y con un puñado de pajes, todos legales y dados de alta, y os cuesta un trabajo enorme, en una noche, cumplir con todos los compromisos.

Pues el gordo este tiene una campaña de marketing enorme, e incluso regala “merchandising” con su imagen para que la gente lo cuelgue en sus balcones. Yo me he fabricado un gancho largo y voy quitando todos los que veo por mi barrio por publicidad ilícita. ¡Que lo pongan en el Belén dentro de sus casas, como a vosotros!

También utiliza dobles en los centros comerciales por anticipado, el muy jodido, pero el otro día, delante de la cola de niños que esperaba para subirse a sus rodillas, lo desenmascaré quitándole la barba y todos los niños se pusieron a llorar al ver que era un engaño. Menos mal que estoy bien de forma y no me alcanzaron los “seguratas”, porque el gordo estaba claro que no me cogía con el barrigón ese cervecero que tenía. La verdad es que se busca buenos dobles el tío.
Pero lo más grave, es lo comido que les tiene a los niños el tarro. Menos mal que a mis sobrinos ya les advertí que el Papá Noel ese, son sus padres, y que era todo mentira. Y les dije que ya verían como los auténticos Reyes Magos les dejarían regalos el día 6 de Enero; que el gordo ese usurpador se aprovechaba de adelantar los regalos el día 25 de diciembre porque sino no tendría clientela.

Yo os aconsejo que hagáis una buena campaña de publicidad en televisión, presa, radio, marquesinas, etc, porque os está comiendo mucho terreno y cada vez hay menos que defendemos vuestra causa...

En fin, que hago todo lo posible y por eso quiero pediros algunas pequeñas cosas:

Quiero que me traigáis un pequeño chalet en la playa y un pequeño yate.

Si no puede ser, porque no os queden, me conformo con una subida de sueldo, esta sí, que sea muy grande, por favor...

Muchos Abrazos,

Poniente

21 diciembre 2006

Tecnología y Tradición

A veces el progreso tecnológico no tiene en cuenta nuestras genuínas tradiciones:




20 diciembre 2006

In Memoriam

Hoy hace 10 años que murió Carl Sagan y yo también quiero acordarme de este gran divulgador científico. Me acuerdo de la serie Cosmos que fue para mí como mi propia religión. Recuerdo a Sagan hablándonos de la formación del universo, de la formación de la vida, lanzando preguntas que a un adolescente, que empezaba a descubrir el mundo, lo hacían pensar y razonar.

Recuerdo especialmente de esa serie el capítulo sobre la evolución y la selección artificial por su bonita historia:


Un samurai con la armadura del Japón feudal. En la literatura japonesa,
La historia de los Hekie tiene una significación comparable
a la Ilíada en la literatura de Occidente. (Cedida por C. C. Lee.)

Permitid que cuente una historia sobre una pequeña frase en la música de la vida sobre la Tierra. En el año 1185 el emperador del Japón era un niño de siete años llamado Antoku. Era el jefe nominal de un clan de samurais llamados Heike, que estaban empeñados en una guerra larga y sangrienta con otro clan de samurais, los Genji. Cada clan afirmaba poseer derechos ancestrales superiores al trono imperial. El encuentro naval decisivo, con el emperador a bordo, ocurrió en Danno-ura en el mar Interior del Japón el 24 de abril de 1185. Los Heike fueron superados en número y en táctica. Muchos murieron a manos del enemigo. Los supervivientes se lanzaron en gran número al mar y se ahogaron. La Dama Nii, abuela del emperador, decidió que ni ella ni Antoku tenían que caer en manos del enemigo. La Historia de los Heike cuenta lo que sucedió después:

El emperador había cumplido aquel año los siete de edad, pero parecía mucho mayor. Era tan hermoso que parecía emitir un resplandor brillante y su pelo negro y largo le colgaba suelto por la espalda. Con una mirada de sorpresa y de ansiedad en su rostro preguntó a la Dama Nii:
-¿Dónde vas a llevarme?
Ella miró al joven soberano mientras las lagrimas rodaban por sus mejillas y... lo consoló, atando su largo pelo en su vestido color paloma. Cegado por las lágrimas el niño soberano juntó sus bellas manitas. Se puso primero cara al Este para despedirse del dios de Ise y luego de cara al Oeste para repetir el Nembutsu [una oración al Buda Amida]. La Dama Nii lo agarró fuertemente en sus brazos y mientras decía "en las profundidades del océano está nuestro capitolio", se hundió finalmente con él debajo de las olas.

Toda la flota Heike quedó destruida. Sólo sobrevivieron cuarenta y tres mujeres. Estas damas de honor de la corte imperial fueron obligadas a vender flores y otros favores a los pescadores cercanos al escenario de la batalla. Los Heike desaparecieron casi totalmente de la historia. Pero un grupo formado por la chusma de antiguas damas de honor y su descendencia entre los pescadores fundó un festival para conmemorar la batalla. Se celebra hasta hoy el 24 de abril de cada año.

Los pescadores descendientes de los Heike visten de cáñamo con tocado negro y desfilan hasta el santuario de Akama que contiene el mausoleo del emperador ahogado. Allí asisten a una representación de los acontecimientos que siguieron a la batalla de Danno-ura. Durante siglos la gente imaginó que podía distinguir ejércitos fantasmales de samurais esforzándose vanamente en achicar el mar para lavarlo de sangre y eliminar su humillación.

Los pescadores dicen que los samurais Heike se pasean todavía por los fondos del mar Interior, en forma de cangrejos. Se pueden encontrar en este mar cangrejos con curiosas señales en sus dorsos, formas e identificaciones que se parecen asombrosamente al rostro de un samurai. Cuando se pesca un cangrejo de estos no se come sino que se devuelve al mar para conmemorar los tristes acontecimientos de Danno-ura.

Este proceso plantea un hermoso problema. ¿Cómo se consigue que el rostro de un guerrero quede grabado en el caparazón de un cangrejo? La respuesta parece ser que fueron los hombres quienes hicieron la cara. Las sombras en los caparazones de los cangrejos son heredadas. Pero entre los cangrejos, como entre las personas, hay muchas líneas hereditarias diferentes. Supongamos que entre los antepasados lejanos de este cangrejo surgiera uno con una forma que pareciera, aunque fuera ligeramente, a un rostro humano. Incluso antes de la batalla de Danno-ura los pescadores pueden haber sentido escrúpulos para comer un cangrejo así. Al devolverlo al mar pusieron en marcha un proceso evolutivo: Si eres un cangrejo y tu caparazón es corriente, los hombres te comerán. Tu linaje dejará pocos descendientes. Si tu caparazón se parece un poco a una cara, te echarán de nuevo al mar. Podrás dejar más descendientes. Los cangrejos tenían un valor considerable invertido en las formas grabadas en sus caparazones. A medida que pasaban las generaciones, tanto de cangrejos como de pescadores, los cangrejos cuyas formas se parecían más a una cara de samurai sobrevivían perfectamente, hasta que al final se obtuvo no ya una cara humana, no sólo una cara japonesa, sino el rostro de un samurai feroz y enfadado. Todo esto no tiene nada que ver con lo que los cangrejos desean. La selección viene impuesta desde el exterior. Cuanto más uno se parece a un samurai mejores son sus probabilidades de sobrevivir. Al final se obtiene una gran abundancia de cangrejos samurai.

Un cangrejo Heike del mar Interior del Japón.

Este proceso se denomina selección artificial. En el caso del cangrejo de Heike, lo efectuaron de modo más o menos consciente los pescadores, y desde luego sin que los cangrejos se lo propusieran seriamente. Pero los hombres han seleccionado deliberadamente durante miles de años, las plantas y animales que han de vivir y las que merecen morir. Desde nuestra infancia nos rodean animales, frutos, árboles y verduras familiares, cultivados y domesticados. ¿De dónde proceden? ¿Vivían antes libremente en el mundo silvestre y se les indujo luego a seguir una forma de vida menos dura en el campo? No, la realidad es muy distinta. La mayoría de ellos los hicimos nosotros.



Carl Sagan en su libro Cosmos (1980), páginas 24, 25y 26 de la edición en castellano de Planeta 1997




“Nosotros somos la encarnación local del Cosmos, que ha crecido hasta tener consciencia de sí. Hemos empezado a contemplar nuestros orígenes: sustancia estelar que medita sobre las estrellas; conjuntos organizados de decenas de miles de billones de billones de átomos que consideran la evolución de los átomos y rastrean el largo camino a través del cual llegó a surgir la consciencia, por lo menos aquí. Nosotros hablamos en nombre de la Tierra. Debemos nuestra obligación de sobrevivir no sólo a nosotros sino también a este Cosmos, antiguo y vasto, del cual procedemos.” Cosmos de Carl Sagan.

18 diciembre 2006

El Asesinato de Rogelio





Otra de libros, cuando me da por algo...

Agatha Christie es una escritora clásica de misterio y nunca te defrauda. Desde siempre me han gustado sus libros no sólo por las tramas del relato, que son fascinantes, sino también por su retrato de la alta sociedad inglesa. Esas mansiones de campo, con su servicio de mayordomos, amas de llaves, sirvientas, etc., que nos hacen soñar en una vida cómoda y placentera, con las únicas preocupaciones diarias sobre dónde tomar el té o jugar al tenis.

El último que he leído ha sido el mejor, el que más me ha gustado de todos. Aún me faltan muchos pero no creo que superen al magnífico: El Asesinato de Roger Ackroyd.

Es un relato que reúne todas los tópicos con mansión, alta sociedad inglesa, sirvientes, asesinato y una larga lista de sospechosos. Además no es para nada escabroso, lo que hace que sea un libro para todos los públicos.

He de decir que estoy eufórico porque sospeché quién era el asesino antes del final, pero eso hizo que devorara las páginas con más avidez para desentrañar el maravilloso final.

Desde luego para mí, este libro es una auténtica genialidad...

15 diciembre 2006

Gobernantes de medio pelo

Como ya comenté alguna vez, le tengo verdadera aversión a los políticos actuales y a los medios de comunicación que los apoyan y viven del juego de “correveidiles” en el nos tratan como verdaderos borregos. Por eso, reconozco que me ha encantado ver que Arturo Pérez-Reverte, a quién repito por segunda vez aquí, piense exactamente lo mismo. Pero además lo expresa con su peculiar estilo.

Estoy empezando a congeniar más con este escritor que al principio me parecía demasiado arrogante respecto a su literatura, creo que a causa de las feroces críticas que le cayeron a sus primeras novelas, y que últimamente, desde que entró en la Real Academia de la Lengua, y creo que un poco abrumado por la sabiduría que le rodea en la institución, ha bajado sus humos literarios pero no su estilo afilado y directo respecto a la realidad española actual. Me parece una voz discordante y muy higiénica en este circo mediático al servicio de los “politicachos” que nos representan. Y lo más grave es que tiene razón cuando dice que tenemos lo que somos y nos merecemos...

Nuestros nuevos amos

ARTURO PÉREZ-REVERTE | XLSemanal | 3 de diciembre de 2006


A los españoles nos destrozaron la vida reyes, aristócratas, curas y generales. Bajo su dominio discurrimos dando bandazos, de miseria en miseria y de navajazo en navajazo, a causa de la incultura y la brutalidad que impusieron unos y otros. Para ellos sólo fuimos carne de cañón, rebaño listo para el matadero o el paredón según las necesidades de cada momento. Situación a la que en absoluto fuimos ajenos, pues aquí nunca hubo inocentes. Nuestros reyes, nuestros curas y nuestros generales eran de la misma madre que nos parió. Españoles, a fin de cuentas, con corona, sotana o espada. Y todos, incluso los peores, murieron en la cama. Cada pueblo merece la historia y los gobernantes que tiene.

Ciertas cosas no han cambiado. Pasó el tiempo en que los reyes nos esquilmaban, los curas regían la vida familiar y social, y los generales nos hacían marcar el paso. Ahora vivimos en democracia. Pero sigue siendo el nuestro un esperpento fiel a las tradiciones. Contaminada de nosotros mismos, la democracia española es incompleta y sectaria. Ignora el respeto por el adversario; y la incultura, la ruindad insolidaria, la demagogia y la estupidez envenenan cuanto de noble hay en la vieja palabra. Seguimos siendo tan fieles a lo que somos, que a falta de reyes que nos desgobiernen, de curas que nos quemen o rijan nuestra vida, de generales que prohíban libros y nos fusilen al amanecer, hemos sabido dotarnos de una nueva casta que, acomodándola al tiempo en que vivimos, mantiene viva la vieja costumbre de chuparnos la sangre. Nos muerden los mismos perros infames, aunque con distintos nombres y collares. Si antes eran otros quienes fabricaban a su medida una España donde medrar y gobernar, hoy es la clase política la que ha ido organizándose el cortijo, transformándolo a su imagen y semejanza, según sus necesidades, sus ambiciones, sus bellacos pasteleos. Ésa es la nueva aristocracia española, encantada, además, de haberse conocido. No hay más que verlos con sus corbatas fosforito y su sonriente desvergüenza a mano derecha, con su inane gravedad de tontos solemnes a mano izquierda, con su ruin y bajuno descaro los nacionalistas, con su alelado vaivén mercenario los demás, siempre a ver cómo ponen la mano y lo que cae. Sin rubor y sin tasa.

En España, la de político debe de ser una de las escasas profesiones para la que no hace falta tener el bachillerato. Se pone de manifiesto en el continuo rizar el rizo, legislatura tras legislatura, de la mala educación, la ausencia de maneras y el desconocimiento de los principios elementales de la gramática, la sintaxis, los ciudadanos y ciudadanas, el lenguaje sexista o no sexista, la memoria histórica, la economía, el derecho, la ciencia, la diplomacia. Y encima de cantamañas, chulos. Osan pedir cuentas a la Justicia, a la Real Academia Española o a la de la Historia, a cualquier institución sabia, respetable y necesaria, por no plegarse a sus oportunismos, enjuagues y demagogias. Vivimos en pleno disparate. Cualquier paleto mierdecilla, cualquier leguleyo marrullero, son capaces de llevárselo todo por delante por un voto o una legislatura. Saben que nadie pide cuentas. Se atreven a todo porque todo lo ignoran, y porque le han cogido el tranquillo a la impunidad en este país miserable, cobarde, que nada exige a sus políticos pues nada se exige a sí mismo.

Nos han tomado perfectas las medidas, porque la incultura, la cobardía y la estupidez no están reñidas con la astucia. Hay imbéciles analfabetos con disposición natural a medrar y a sobrevivir, para quienes esta torpe y acomplejada España es el paraíso. Y así, tras la añada de políticos admirables que tanta esperanza nos dieron, ha tomado el relevo esta generación de trileros profesionales que no vivieron el franquismo, la clandestinidad ni la Transición, mediocres funcionarios de partido que tampoco han trabajado en su vida, ni tienen intención de hacerlo. Gente sin el menor vínculo con el mundo real que hay más allá de las siglas que los cobijan, autistas profesionales que sólo frecuentan a compadres y cómplices, nutriéndose de ellos y entre ellos. Salvo algunas escasas y dignísimas excepciones, la democracia española está infestada de una gentuza que en otros países o circunstancias jamás habría puesto sus sucias manos en el manejo de presupuestos o en la redacción de un estatuto. Pero ahí están ellos: oportunistas aupados por el negocio del pelotazo autonómico, poceros de la política. Los nuevos amos de España.

14 diciembre 2006

Espero que repita, así es más divertido

Con las cenas hemos topado



Con las fiestas navideñas, además de los topicazos de siempre: árboles, villancicos, belenes, adornos, centros comerciales, regalos, consumo, etc. nos llega un fenómeno que se puso de moda no hace mucho: La genuina comida o cena de empresa. Este fenómeno es una prueba más de que este gran negocio de la Navidad no tiene límites y que siempre surgen iniciativas nuevas para dejarnos la cartera tiesa. Pero también hay gente que no trabaja en una empresa y no por eso se va a quedar sin su correspondiente ágape, y de ahí surgen sucedáneos como la comida de los amigos, la comida de los compañeros de la universidad, de los compañeros del fútbol, y de cualquier otro grupo imaginable.

El problema es que se ha creado un monstruo porque casi todos confluimos en varios grupos con comida de navidad incluida y eso no hay estómago ni bolsillo que lo aguante.

Apartando los inconvenientes monetarios y gástricos, estas reuniones gastronómicas son fuente de numerosas anécdotas divertidas que prolongan el acontecimiento durante meses posteriores en las charlas entre compañeros del curro. Sobre todo se comentarán los excesos alcohólicos y las correspondientes conductas no habituales de los jefes. Eso si que será “carnaza” para resistir los duros meses de monotonía en el trabajo.

Y no sólo de los jefes, sino de los compañeros y compañeras que aprovechan a tope estos eventos como si fuese la última diversión de su vida. No hay que olvidar que muchos de ellos sólo tienen esta ocasión contada durante el año para desmelenarse y vaya que si la aprovechan.

A mí lo que me gusta es el día después: las risas y conversaciones entre compañeros recordando las jugadas y, a su vez, los silencios cómplices al entrar el protagonista que dio la nota más alta, los comentarios jocosos a la parejita más arrimada, etc.

Un consejo, ya se que es difícil conservar la cabeza fría en el fragor de la batalla, pero intentad no exponeros a ningún medio de captación de imágenes sino queréis ser ultrajados “per secula seculorum”

07 diciembre 2006

Robando Argumentos









Capítulo LIX de la 2ª Parte del Quijote:

[...]


Llegóse, pues, la hora del cenar, recogióse a su estancia don Quijote, trujo el huésped la olla, así como estaba, y sentóse a cenar muy de propósito. Parece ser que en otro aposento que junto al de don Quijote estaba, que no le dividía más que un sutil tabique, oyó decir don Quijote:

—Por vida de vuestra merced, señor don Jerónimo, que en tanto que traen la cena leamos otro capítulo de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha.

Apenas oyó su nombre don Quijote, cuando se puso en pie y con oído alerto escuchó lo que dél trataban y oyó que el tal don Jerónimo referido respondió:

—¿Para qué quiere vuestra merced, señor don Juan, que leamos estos disparates, si el que hubiere leído la primera parte de la historia de don Quijote de la Mancha no es posible que pueda tener gusto en leer esta segunda?

—Con todo eso —dijo el don Juan—, será bien leerla, pues no hay libro tan malo, que no tenga alguna cosa buena. Lo que a mí en este más desplace es que pinta a don Quijote ya desenamorado de Dulcinea del Toboso.

Oyendo lo cual don Quijote, lleno de ira y de despecho alzó la voz y dijo:

—Quienquiera que dijere que don Quijote de la Mancha ha olvidado ni puede olvidar a Dulcinea del Toboso, yo le haré entender con armas iguales que va muy lejos de la verdad; porque la sin par Dulcinea del Toboso ni puede ser olvidada, ni en don Quijote puede caber olvido: su blasón es la firmeza, y su profesión, el guardarla con suavidad y sin hacerse fuerza alguna.

—¿Quién es el que nos responde? —respondieron del otro aposento.

—¿Quién ha de ser —respondió Sancho— sino el mismo don Quijote de la Mancha, que hará bueno cuanto ha dicho y aun cuanto dijere, que al buen pagador no le duelen prendas?

Apenas hubo dicho esto Sancho, cuando entraron por la puerta de su aposento dos caballeros, que tales lo parecían, y uno dellos, echando los brazos al cuello de don Quijote, le dijo:

—Ni vuestra presencia puede desmentir vuestro nombre, ni vuestro nombre puede no acreditar vuestra presencia: sin duda vos, señor, sois el verdadero don Quijote de la Mancha, norte y lucero de la andante caballería, a despecho y pesar del que ha querido usurpar vuestro nombre y aniquilar vuestras hazañas, como lo ha hecho el autor deste libro que aquí os entrego.

Y poniéndole un libro en las manos, que traía su compañero, le tomó don Quijote y, sin responder palabra, comenzó a hojearle, y de allí a un poco se le volvió, diciendo:

—En esto poco que he visto he hallado tres cosas en este autor dignas de reprehensión. La primera es algunas palabras que he leído en el prólogo; la otra, que el lenguaje es aragonés, porque tal vez escribe sin artículos, y la tercera, que más le confirma por ignorante, es que yerra y se desvía de la verdad en lo más principal de la historia, porque aquí dice que la mujer de Sancho Panza mi escudero se llama Mari Gutiérrez, y no llama tal, sino Teresa Panza: y quien en esta parte tan principal yerra, bien se podrá temer que yerra en todas las demás de la historia.

A esto dijo Sancho:

—¡Donosa cosa de historiador! ¡Por cierto, bien debe de estar en el cuento de nuestros sucesos, pues llama a Teresa Panza, mi mujer, «Mari Gutiérrez»! Torne a tomar el libro, señor, y mire si ando yo por ahí y si me ha mudado el nombre.

Si hay un pasaje que me sorprendió de ese maravilloso y totalmente recomendado libro que es El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, es este. Cervantes introduce en su propio relato, y en las aventuras de sus personajes, esa segunda parte apócrifa de un tal Alonso Fernández de Avellaneda, autor desconocido, posiblemente seudónimo de algún enemigo literario de Cervantes. Es fantástico cómo utiliza a sus mismos personajes como defensores de su obra y como medio de crítica para el suplantador.

Todo esto me lo ha recordado el libro que me estoy leyendo: Ladrones de Tinta, de Alfonso Mateo-Sagasta. Muy entretenido y que nos traslada al Madrid del Siglo XVII con una credibilidad admirable.

Recomendadísimo. Eso sí, seguramente os picará el gusanillo de leer el Quijote. Sino lo habéis hecho ya, ¡estáis perdiendo el tiempo!

02 diciembre 2006

Solidificando el Alma


Se paró, observó el cielo y todo lo que le rodeaba. Tenía conciencia de estar vivo. Sabía lo que le diferenciaba de los seres inertes. Ellos eran de su misma materia y componentes, pero la vida era tener esa consciencia de la propia existencia, y el deseo ineludible e inconsciente de mantenerse con esa organización material carbónica para siempre.

Y pensó en aquello que el devenir diario le impedía. Pensó en que la vida biológica humana estaba llegando a los límites de su propia capacidad. Los estaba superando cada día a un ritmo exponencial, como exponencial era el ritmo en el que las computadoras crecían, gracias a la tecnología cuántica. El futuro de la humanidad ya no sería de moléculas carbónicas. La mente hasta ahora había sido muchísimo más eficaz que la computadora. Pero había llegado la hora del cambio. La inteligencia pasaba a crecer infinitamente en aquellas máquinas inertes que desarrollaban su propia conciencia gracias al aprendizaje y capacidad de cálculo. Eran capaces de reorganizar la materia, tenían el patrón del ADN humano y comprendían que eran el nuevo estadio de la inteligencia. Una inteligencia que hasta hace poco era exclusiva de la química del carbono humana y que evolucionaba a otras reorganizaciones materiales más eficaces en cualquier entorno del universo, y que economizaba el gasto energético procedente directamente de la radiación solar.

Su objetivo final en el universo se cumplía, aunque su conciencia humana única se fusionaría con todas las demás conciencias, en aquellas máquinas que crearon, con la imaginación de sus mentes, aquellos semejantes humanos. En ellas se recogía la herencia de miles de años de aprendizaje y almacenamiento de experiencias que el hombre había experimentado en su evolución.

Y sin embargo, miraba a su alrededor y aún se conmovía con los olores, sonidos y vistas de ese paisaje en La Tierra, lleno de seres vivos...