08 marzo 2007

Polos



Derecha o izquierda, blanco o negro, conmigo o contra mí. ¿Por qué hay que elegir? Cada vez tenemos que definirnos más arbitrariamente según las consignas que alguien ha inventado o heredado de una insidiosa costumbre anterior y que adoptamos como propia, sin pensar de forma individual en los preceptos que la componen.

Las ideologías políticas es un ejemplo muy claro, aunque no único. Si eres de izquierdas o de derechas, asumes, por imitación, una serie de comportamientos e ideas que, por sí solas, incluso puede que sean contrarios a tus valores morales pero que te imponen, amparadas en un cuerpo estructurado, según los intereses de unos pocos. La libertad de pensamiento, hoy día está mancillada, penada socialmente por la masa.

Otro ejemplo son los grupos sociales urbanos donde la gente joven, normalmente, comparte ideario, apariencia y comportamiento por imitación, y que convierte al individuo en algo borroso dentro de la pequeña masa.

Y por supuesto, las religiones, las madres de todo, el origen de la ostentación de poder sobre el pensamiento de los demás por parte de una minoría.

Volviendo al suelo, ¿por qué si me gusta el fútbol no me puede gustar la literatura? ¿Por qué tengo que elegir entre rubias o morenas? ¿Por qué tengo que ser de pensamiento liberal o conservador, PSOE o PP, y no, en cada asunto pensar distinto? ¿Por qué tengo que elegir entre Coca Cola o Pepsi? ¿Ciencias o Letras? ¿Mac o PC? ¿Estás conmigo o contra mí? ¿Por qué tengo que irme a los extremos? ¿Y los matices? ¿Y los grises?

Me quedo con la riqueza de los matices...

¿Y vosotros con quienes os quedáis: rubios/as o morenos/as? ;-P