07 junio 2007

El Caballero de la Palabra



Un escenario austero, donde predomina el negro, cinco candiles encendidos, ritmo flamenco y la palabra. Rafael Álvarez, El Brujo consigue rebosar el escenario con su sola presencia. Es un juglar, un COMEDIANTE con mayúsculas, que utiliza su cuerpo y su verbo para encandilar al público evocando pasajes del Quijote, ironizando sobre su "masiva" lectura y la utilización de la obra como arma propagandística, desvirtuando en cierta medida, su calidad literaria a fuerza de tanta utilización comercial. Nos transporta a otra época, a un teatro elegante donde lo que importa es el contenido, la música, la entonación y los gestos. Y no me negaréis que tiene mérito estar casi dos horas ante un público ávido de emociones, al que "El Brujo" consigue satisfacer de largo solamente con la ayuda de la palabra.
¡El Caballero de La Palabra!