03 mayo 2007

Manual didáctico para padres. Enseñanza de conceptos básicos.



Localización espacio-temporal: Invernadero tipo parral. Poniente de Almería. Plantación de Tomates. Primavera. Finales de los 70. Se intentará adaptar la situación a los elementos y localizaciones actuales según criterio de los padres interesados. Se describe procedimiento original.

Individuos: Padre, agricultor, cazador, ganadero, gran experiencia en medio natural. Interacción permanente con el medio rural. Hijo, cuatro años, dos ojos por cara, piel morena y pelo negro aclarado por el sol. Interacción permanente con el medio natural. Esponja en movimiento en constante absorción de conocimiento.

Conceptos básicos: Vida, Muerte.

Situación: Hijo aburrido sentado en borde de canalilla de riego, cansado de arrancar malas hierbas, jugando con piedras y el agua. Padre, regando a manto, arreglando la arena de cada melga con la azada.

Elementos necesarios: Grillo (Gryllus campestris), agua corriente en canalilla de riego, arena, sol y calor del invernadero.

Procedimiento: El Padre intentará cazar el grillo con la ayuda del Hijo. Se obvia desarrollo por ser materia de futura enseñanza del concepto de caza. Una vez atrapado el grillo, abundante en plantaciones de tomates, sentar al Hijo en la canalilla de riego e introducir el grillo en el agua durante unos minutos. Explicar el concepto de muerte por ahogamiento. Una vez que el grillo no se mueve, enterrar levemente en la arena calentada por el sol, que filtra sus rayos a través del plástico del invernadero. Esperar. A los pocos segundos el grillo saldrá a la superficie. Explicar el concepto de vida. Tocar levemente la cabeza del Hijo e intentar que parpadee al menos una vez y que cierre la boca. Ponerle el grillo en su pequeña mano e invitarle a repetir el procedimiento. Observar que lo ha aprendido a la perfección. Por último, explicar que las personas son más débiles que los grillos porque no pueden hacer lo mismo.

Seguir regando mientras el Hijo permanece durante horas repitiendo el milagro de la resurrección. Por último soltar al grillo e irse a casa con el Hijo de la mano.