06 febrero 2006

Religiones y Problemas

Hay que ver la que se ha armado con las viñetas de Mahoma. A mí la verdad es que no me sorprende nada porque el grado de radicalismo religioso en el mundo islámico es cada vez más acentuado. ¿De quién es la culpa? No tengo ni idea. pero creo que hay un poco de todo.

Creo que es un problema cultural y religioso. El mundo occidental no comprende este grado de fanatismo religioso, pero es algo inherente en estas culturas en las que el poder político está unido indisolublemente al poder religioso y espiritual. Y claro, si te inculcan desde pequeño unos valores educativos, en los cuales la razón no es independiente de la voluntad divina, pues pasa que cualquier líder espiritual y religioso puede manejar a sus fieles a su antojo. Y si sumamos regímenes autoritarios basados en la fe indiscutible de Dios y mano dura ante cualquier atisbo de pensamiento independiente, pues se acentúa la difícil situación.

Pero la cultura cristiana occidental también tiene su parte de culpa, creo yo, por no intentar comprender estos valores, por intentar justificar lo que para ellos no tiene justificación. Aparte de que se dice que se ha fomentado la brecha intercultural entre civilizaciones. Yo creo que esto no es cierto, si echamos la vista atrás en la Historia, que tanta falta nos hace, vemos que nunca ha existido una sintonía entre el Cristianismo y el Islam. Jamás se han comprendido, y veo muy difícil que coexistan. Y no sólo, con el Cristianismo como tal, sino que hay que hablar de cultura occidental en particular, con sus valores democráticos y con las libertades conquistadas a lo largo de la historia que todos nosotros vemos tan naturales y comunes, pero que en otros sitios no son tan normales. El autoritarismo, el trato a la mujer, la legislación, etc. son muy distintos en estos países.

Esta forma de organización social no es la misma en la cultura islámica, y con la globalización, el mundo, es cada vez más pequeño y cada vez más comunicado. Esto, nos guste o no, provoca más enfrentamientos porque se producen más contactos entre culturas. Y también está el resentimiento, justificado en parte, de los países tradicionalmente explotados por los occidentales y que ahora tienen cierto poder con sus reservas petrolíferas.

El caso es que así nos va, y lo peor de todo, es que parece que empeora, aumentando las diferencias entre estas dos culturas.

Los fanatismos nunca son buenos, ni de un lado, ni de otro.